Cantante, compositor, productor, guitarrista, descubridor de talentos, director de un sello discográfico y una editorial todo eso, y muchos más, es Gustavo Santaolalla. Desde Los Ángeles (EE.UU.) el artista argentino fue entrevistado por La Primera de la Tarde (Radio 2) y adelantó como será la gira que lo traerá a Rosario y los proyectos en los que está trabajando.

—¿Cómo es la gira que te trae nuevamente a Rosario?

—Es una gira que comencé de alguna manera con la presentación que hicimos en el teatro Colón en diciembre del año pasado y que ahora voy a llevar por todo el país y también estoy yendo a Uruguay voy a estar en el Teatro Solís. La verdad es que estoy muy feliz de ir a Rosario, que es una ciudad que me encanta. Y especialmente ir al Teatro El Circulo que es uno de mis teatros favoritos del mundo. Adoro el Teatro El Círculo he tenido oportunidad de tocar ahí con Arco Iris, con Bajo Fondo, y ahora en esta oportunidad va a ser maravilloso poder llevar mi cosa así como solista.

—La gira que lleva el nombre de Desandando el camino ¿este desandar del camino es de alguna manera rever tu camino?

—Claro,…hay momentos en la vida que por distintos motivos, que creo que tiene que ver también con la edad, en que uno reflexiona un poco sobre el camino recorrido. No soy una persona de mirar hacia atrás. Generalmente al contrario, miro hacia adelante, siempre trato de estar en la avanzada de moverme en mi zona de confort y hacer otras cosas. Pero de vez en cuando miro y veo que hay mucho hecho; muchas cosas he hecho. Es un recorrido un poco de mi vida a través de las canciones, con un acento un poco fuerte también puesto en mis comienzos, en mis principios, canciones que compuse cuando tenía 18 años. Es un momento y un contexto especial como para hacer algo así. Ha sido para mí realmente como un redescubrimiento de esas canciones, y espero que para mucha gente sea un descubrimiento, porque si bien la gente me conoce por Mañana Campestre o por algunas canciones, que las tocaré, aunque yo no he construido mi carrera en base a la nostalgia, digamos, pero que las voy a hacer porque me encantan y porque sé que a la gente le encanta. Pienso que las canciones son instrumentos, cosas que te pueden servir para alegrar tu vida o para hacerte reflexionar sobre algo, o hacerte pensar en algo, y bueno creo que estas canciones pueden ser útiles para la gente así que espero poder trasmitirlas y que les llegue.

—Esas canciones, ¿las vas a interpretar tal cual fueron concebidas o las vas a re versionar?

—Mira, hay dos cosas, por un lado están reversionadas, pero por otro lado hay un respeto a los arreglos originales. Lo que pasa es que la instrumentación de la banda es diversa, a lo que era al momento de cuando yo hice las canciones. Pero hay un respeto a los arreglos originales si bien están reversionadas. Pasa algo muy interesante porque también los arreglos tienen cosas muy modernas.

—Esta es la faceta tuya menos conocida, el estar cara a cara con el público, tocar tus canciones, que quizá están siempre relegadas a otros proyectos. ¿También lo ves así?

—Correcto, sí totalmente. Yo he dedicado una gran parte de mi vida a poner mi talento al servicio del talento de otra gente. He producido más de cien álbumes de otros artistas y se han vendido millones de discos de esos artistas. De alguna manera he relegado esa parte mía en pos de hacer lo otro. Entonces creo que estas canciones merecían tener su momento y esta es la instancia en que siento que tengo que hacerlo.

—Uno de los discos al que uno te asocia inmediatamente, en que trabajaste junto a Leon (Gieco) fue De Ushuaia a La Quiaca ¿Este recorrido musical que propones en el show puede ser una suerte De Ushuaia a los Ángeles de Santaolalla?

—(Risas) Y sí, más o menos. Tiene que ver con eso. Aunque en realidad de Wet Picnic que es la banda que tenía acá en Estados unidos no hago nada. La verdad es que es tan vasta mi obra, tengo tanta cantidad de cosas hechas, que sería imposible, harían falta como varios días, varios conciertos como para poder cubrir una gran parte de mi obra.

—De Ushuaia a la Quiaca fueron tres discos, podés hacer un disco cuádruple…

—Y sí…más o menos porque es mucho, mucho, pero sí cubre bastante. De hecho he puesto un poquito de las cosas de las películas porque creo que también era importante para le gente tener un poquito de ese gustito pero básicamente está todo concentrado en la canción.

Estas involucrado en cientos los proyectos, ¿cómo elegís o definís cuál llevar adelante? ¿Te manejás por intuición, instinto?

—Lo manejo siempre como me he manejado en la vida con instinto y con intuición. Creo mucho en eso. Creo muchísimo en la intuición, en la energía que nos rodea y en conectarse con ese tipo de campo energético que hay alrededor de todo y en todo. Y en base a la intuición es como me he movido en mi carrera y como también a un nivel me muevo en lo que hago. La intuición ha jugado un papel muy importante en todo lo que hago.

—Uno de esos proyectos que se hicieron públicos es la invitación de Eric Clapton para trabajar con él.

—Bueno, la historia es simplemente, él estaba haciendo un documental sobre su vida y pidió que yo hiciera la música. Así de simple. Para mi igual es una cosa maravillosa, me honra profundamente. Yo escuchaba a Cream, The Yardbirds y a John Mayall & the Bluesbreakers cuando era muy chiquito y crecí escuchando eso y adoré siempre a Clapton que es uno de los músicos guitarristas más grosos de la historia. Entonces que un guitarrista me convoque a mí para hacer la música de una película sobre su vida es un honor inmenso y un desafío importante también, sobre todo en una película que va a ir mucha música de él. Es una de las cosas que estoy trabajando ahora.