Julieta Prandi protagonizó La Nena, un sketch televisivo donde la modelo interpretó a una adolescente que coqueteaba con el padre - Guillermo Francella - de su mejor amiga -Florencia Peña - cada vez que se quedaba a dormir en su domicilio. 23 años después las repeticiones del programa generaron polémica y comentarios negativos. 

En una charla en el ciclo Noche al Dente, Prandi fue consultada sobre unas viejas declaraciones suyas del año 2018 donde afirmaba que volvería a encarnar el papel que interpretó en el ciclo humorístico Poné a Francella. 

Primero, no tengo nada de qué arrepentirme. No me arrepiento de nada de lo que haya hecho”, sentenció, antes de analizar su papel en el programa emitido hace más de veinte años. “¿Podría haberlo hecho mejor? seguramente. Volvería a hacer el papel porque yo no creo que haya sido... hay que poner todo en contexto, porque de esa manera no hubiera existido (Alberto) Olmedo, no hubiese existido el Gordo Porcel no hubiesen existido un montón de cosas”, expresó.

Prandi destacó que la dinámica del espacio estaba inspirada en la película Belleza Americana, la cual proyectaba un contenido mucho más explícito: “Me voy a cansar de decirlo, porque nadie juzgó la película, y había escenas mucho más fuertes y era otro tono. En un año, porque duró un año pero lo repitieron diez, solamente nos dimos un pico en un sueño de Don Arturo. No hubo otro contacto físico”, inicó. 

“Era todo mental este idilio, porque él jugaba a estar enamorado y ella también. Era una ficción, fue el comienzo de mi carrera y me dio muchas satisfacciones”, concluyó sobre el tema.

En el año 2013, a doce años de su debut en la pantalla, la Red de Contención contra la Violencia de Género envió una carta documento a la producción del programa  exigiendo que se deje de repetir el sketch La Nena. “El contenido de la citada historieta –dentro la de la obra televisiva– es ofensivo, promueve el acoso y el abuso sexual a menores. El personaje de Don Arturo –quien con un guiño a la cámara convoca la complicidad del telespectador– además fomenta la pedofilia en el placer sexual que evidencia con una niña”, escribieron. 

Y agregaron: “La marcación genital que reiteradamente se vuelve explícita, claramente define el sketch como pedófilo. Todo este contexto agravado por la relación de Don Arturo con su esposa e hija. El simbolismo de «la nena», «la colegiala», «la amiga de su hija», ubican a la pieza en violencia de género, abuso de menores y pedofilia”.