Horace Owiti Opiyo, de 20 años, en un vecino de Kenia que, hasta hace días, tenía los genitales más grandes del planeta. El miembro de este joven medía un metro, mientras que sus testículos pesaban cerca de cinco kilogramos.

El problema fue resuelto el mes pasado, tras una operación exitosa. Pero hasta la intervención, tuvo que vivir gran parte de su vida enclaustrado.

Las molestias comenzaron cuando tenía 10 años. Sus testículos fueron creciendo rápidamente, al grado que en poco tiempo tuvo que abandonar la escuela y sus actividades públicas, pues era víctima de constantes burlas.

Opiyo pene


Según contó Opiyo, tuvo que soportar dolores interminables: no podía sentarse, mucho menos caminar o sostenerse de pie.

Su caso llegó a oídos de un vecino, Duncan Otieno, quien decidió tomarle unas fotografías y publicarlas en Facebook, con la última esperanza de que la viralización redunde en ayuda.

Al tanto de la historia, un médico de la zona se prestó a ofrecer su ayuda. En el Hospital Jaramogioginga Odinga, a Opiyo le diagnosticaron elefantiasis escrotal.

Se tarta de una afección en el lenguaje médico llamada linfedema en la que se tiene una hinchazón de los tejidos. En este caso eran sus genitales, por eso los médicos la tildaron de elefantiasis.

La elefantiasis escrotal puede ser causada por una picadura de mosquito que inyecta larvas en el torrente sanguíneo. Las larvas maduran y se convierten en gusanos parásitos invasores que bloquean el sistema de drenaje del cuerpo y causan la hinchazón y engrosamiento de la piel.

Finalmente, los médicos programaron dos operaciones: en primer lugar, una para reducir el volumen del escroto y eliminar el exceso de masa, y en segundo, para reconstruir el pene en una forma y tamaño más normales, informó el Daily Mail.

La operación fue un éxito. “Cuando me levanté me sorprendió que mi cuerpo fuera tan liviano, ahora era libre. Puedo nadar, correr, jugar al fútbol. Toda la pesadez se ha ido”, dijo Opiyo tras la intervención.