Un impresionante episodio de supervivencia se dio en Australia, donde un surfista argentino fue atacado por un tiburón. Luchó con el feroz animal a puño limpio y pudo safar de las mordidas. Con la ayuda del mar llegó a la orilla, donde fue auxiliado por amigos hasta que llegaron los paramédicos. Fue operado y se recuperaba en un hospital.

Según detalla el sitio Infobae este martes, el deportista en cuestión es Alejandro Travaglini, quien nació en Buenos Aires hace 37 años. Está en pareja, tiene dos hijos y vive en Margaret River, en el suroeste de Australia. Es hijo de Alejandro "Chiquito" Travaglini, ex rugbier de Los Pumas.

El domingo a las 8.30 de la mañana, en la playa Cobblestones en Gracetown, al sur de Perth y sobre las costas del océano Índico, Alejandro sufrió el ataque de un tiburón, mientras se realizaba una competencia de la World Surf League.

Personas que observaban la competencia desde la playa contaron amedio locales: "Estábamos mirando las olas y de repente escuchamos gritos y vimos a alguien peleando con algo en el agua. Su tabla estaba lejos", describió Lázaro, un amigo de la víctima, en diálogo con 9news.

"Esta cosa era un gran tiburón y quería comérselo. Luchaba literalmente por su vida. Gritaba y golpeaba. Fue hacia él tres o cuatro veces", recordó Adam Kennedy, un compañero que también estaba en el agua, junto a otros tres participantes.

El tiburón le mordió ambas piernas y él, de acuerdo a las declaraciones de los que vieron el enfrentamiento, consiguió liberarse del animal a puño limpio. Nunca perdió la conciencia y con la ayuda del mar pudo llegar a la costa. Allí fue atendido por sus compañeros, quienes le realizaron un torniquete preventivo y ejercicios de primeros auxilios hasta que llegaran los paramédicos.

Luego fue trasladado en ambulancia al Hospital Royal Perth a unos 270 kilómetros, donde finalmente intervenido. El portavoz de la ambulancia de St. John, Dennis Bertoldo, informó que Travaglini se encuentra estable tras la operación.

Esa misma playa había estado cerrada anteriormente luego de que se viera el cadáver de una ballena y se registraran avistamientos de tiburones de casi cinco metros de largo.