El 10 de abril pasado el periodista Diego Cabot, del diario La Nación, declaró ante la Justicia sobre una investigación en la que venía trabajando silenciosamente desde enero de ese año. Le habían llegado 8 cuadernos con una especie de diario del ex chofer Oscar Centeno, fotos y videos en el que se describía el accionar de una supuesta red de corrupción tejida entre empresarios y políticos. La prensa los bautizó “cuadernos de la corrupción”, “cuadernos de las coimas” o sencillamente “cuadernos K”.

En los días subsiguientes, se fueron destapando múltiples situaciones presuntamente irregulares en la contratación de la obra pública durante el gobierno kirchnerista y fueron muchos los “arrepentidos”, empresarios dispuestos a asumir cierta participación ante la Justicia. También, se registraron ecos locales, con el procesamiento del por entonces presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Alberto Padoán. La causa también sumó nuevos capítulos con la aparición de Marcelo D´Alessio que salpicaron al fiscal de la investigación, Carlos Stornelli.

A un año del inicio de este semejante entramado, Diego Cabot habló con el periodista Alberto Lotuf (A Diario, Radio 2) sobre las consecuencias que generó su trabajo. “Es una causa que enoja a todos, al gobierno más allá de una persona puntual, como el primo del presidente o empresas que terminaron de retirarse de la obra pública”, observó y destacó: “Más allá de eso la decisión del gobierno era no contarlo, iba a ser archivada. En 2016 el gobierno publicó un uniforme del estado del Estado, un repaso por diferentes áreas en cada renglón un delito y era raquítico. La intención era no darlo”.

“El segundo grupo de enojados es el peronismo –continuó en relación a las repercusiones–dicen que nunca estuvieron presos, salvo María Julia Alsogaray que no es propia, y los grandes aportantes de la campaña están enojados porque van por la salvación política”, sostuvo. Luego, consideró que hay “otros empresarios que hacen las cosas bien pero ven que como grupo económico de interés social no terminan de organizarse para pedir consecuencias jurídicas. Creen que no son todos iguales, sienten que son un colectivo que debería traer beneficios a la sociedad que está empañado por un grupo de pillos prebendarios”.

Consultado sobre la denuncia que indica que el falso abogado Marcelo D'Alessio habría investigado las actividades laborales y económicas de la ex pareja del fiscal federal, según surge de los mensajes de WhatsApp que intercambiaron en enero pasado, manifestó: “Es un tema personal, no voy a opinar, la explicación la tendrá que dar él ante la Justicia”.

Cabot expresó: “Yo creo que la causa goza de buena salud, más allá de la confusión pública, no veo que haya otras cuestiones complejas, no veo nubarrones en esta causa, salvo las políticas”, subrayó.