La Policía Federal Argetina (PFA) allanó por error una casa familiar de Crespo al 3800 y provocó destrozos. Javier, dueño de la vivienda, contó que su mujer y sus tres hijas estaban solas cuando los agentes irrumpieron de forma violenta, derrumbaron dos puertas y revolvieron sus pertenencias.
El procedimiento en la zona sudoeste se dio en el marco del operativo que la fuerza federal llevó a cabo en distintos puntos de Rosario por las balaceras al Poder Judicial y que presentó la ministra Patricia Bullrich el jueves.
Según denunció a El Tres Javier, que es agente de la Guardia Urbana Municipal (GUM), su mujer lo llamó por teléfono para contarle que había ruidos y operativos en la cuadra y a los pocos minutos le mandó un mensaje: “Están adentro”.
La policía rompió dos puertas de la vivienda y sometió a los ocupantes (la esposa y sus hijas de 20, 6 y 2 años) a un cacheo. Además, revisaron las habitaciones y hasta dejaron marcas de fogueo en el piso.
Después arribó Javier a su casa y vio a policías encapuchados y armados. “Les pregunté si hacía falta tanta violencia”, dijo Javier y contó que vio a “vecinos esposados, con precinto y desnudos”.
Su mujer y la hija mayor de 20 años estaba sentada en el suelo y no la dejaban abrazar a las niñas más chicas, añadió en su relato cargado de impotencia. "Estaban muy asustadas, la pasaron muy mal", afirmó.
“Después reconocieron que era un error, pidieron disculpas pero dijeron que teníamos que estar contentos porque ninguno resultó lastimado”, sorprendió Javier y agregó que también le confesaron que eso pasaba por vivir en un “barrio precario” y eso implicaba un riesgo porque eran errores que “muy probable”.
La víctima mostró los destrozos en su casa y enumeró: “Rompieron las puertas, la mesa de vidrio, hay muebles que no sirven más y hasta el cielo raso de la cocina le pagaron”.
Además del temor y la angustia de ser “retenido” en su propia casa, la familia pidió que alguien se haga cargo de los gastos de reparación y de los daños al mobiliario. Confesó que piensa dejar su casa.
