No hay mayor fracaso para la Universidad y el sistema educativo superior que ver como los estudiantes abandonan sus estudios y no terminan sus carreras universitarias sin poder intervenir en la toma de decisión, comprender los motivos del estudiante y ayudarle a encontrar soluciones.

Son muchas las razones que pueden llevar a un estudiante a plantearse su deserción y responden a motivos de diversa índole, ya sean factores psicoeducativos, familiares, económicos o sociales. También suele tener mucho peso la errónea orientación vocacional o la incapacidad del estudiante y de su entorno para asesorarle y mostrarle las opciones formativas a su alcance.

Estas situaciones frecuentes en la Universidad deben ser una señal de alerta para intervenir a tiempo, detectar problemas y ofrecer la ayuda necesaria.

La Universidad debe ser la promotora de estrategias que permita analizar la situación de cada estudiante, de manera que con su intervención ayude a disminuir la deserción y sobre todo, la frustración estudiantil.

Estrategias para disminuir la deserción de estudiantes

- Alianzas con las instituciones de educación media

Mejorando los servicios de asesoramiento vocacional y la información a la que acceden los preuniversitarios.

- Creación de modelos educativos flexibles

Apostando por la educación modular, omnicanal y donde el estudiante tenga mayor capacidad de decisión.

- Crear perfiles de los estudiantes

A través de los datos de cada estudiante y su progreso en las evaluaciones, detectar patrones que sirvan para identificar situaciones de riesgo de deserción.

- Facilitar soluciones financieras

Ya no solo con becas, sino aplazamientos o subsidios que permitan continuar estudiando, si el problema es que no pueden hacer frente a los gastos de la Universidad.

- Facilitar tutorización y apoyo específicos

Ya sea de la mano de otros estudiantes, de egresados o docentes que configuren una comunidad de apoyo, asesoramiento, tanto a nivel de aprendizaje, de desarrollo de habilidades o adaptación social.

Con los MOOCs y la formación online, una de las opciones formativas que mayores tasas de abandono presenta ha obligado a instituciones y docentes a usar nuevos métodos de cómo analizar el progreso de cada estudiante, realizar predicciones a través de datos y buscar la forma de detectar riesgos.

Afortunadamente, la cantidad de datos que genera esta modalidad formativa y las facilidades de las nuevas tecnologías para procesarlos y analizarlos aumenta el conocimiento de la Universidad sobre sus alumnos y las formas de abordar sus problemas.

Fuente: Universia España