Cuando de bajar de peso se trata, la inmensa mayoría de las personas cae alguna vez en esas creencias populares que van de boca en boca. 

La pérdida de peso es un fenómeno complejo ya que no sólo es intentar realizar algo de ejercicio y quitar la grasa de la dieta.

Hacer cambios a largo plazo y modificar nuestro estilo de vida es la manera ideal de combatir los kilos de más porque conduce a una pérdida de peso permanente.

Aquí hacemos un resumen de los mitos más comunes en cuanto a las dietas:

1. Los carbohidratos engordan

Este tipo de alimentos son un componente fundamental en nuestra dieta, que incluyen azúcares, almidón y fibra. Nuestro cuerpo necesita los carbohidratos para obtener energía, y particularmente para que el cerebro y los músculos funcionen.
Lo que nos hace aumentar de peso es el exceso de calorías totales. Las fuentes de energía provienen de los hidratos, proteínas, grasas y del alcohol. El organismo reserva más fácilmente las calorías procedentes de las grasas, mientras que las calorías contenidas en los carbohidratos normalmente son quemadas u oxidadas, ya que son el combustible para los músculos. 

Detalles importantes:

Las frutas y verduras son la mejor fuente natural de vitaminas, minerales y fibras puramente a través de carbohidratos.

Las calorías vacías del alcohol se acumulan muy rápidamente en nuestro organismo.

2. Las dietas bajas en carbohidratos y ricas en proteínas, son la mejor opción para reducir el peso

Si lo que se desea en beneficio de nuestra salud, es perder peso, se debe crear un déficit de calorías a lo largo del día realizando 5 comidas diarias, e intentando que las raciones más pequeñas correspondan a la cena, independientemente de si el tipo de calorías proviene de hidratos o las proteínas. 

Un estudio ha demostrado, que personas sometidas a una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas (30% de proteínas y 40% de hidratos) perdían el mismo peso que aquellas que hicieron dieta alta en hidratos y baja en proteínas (55% de hidratos y 15% de proteínas).

Observaciones:

Este tipo de dietas no pueden mantenerse por mucho tiempo y por eso fracasan.

El exceso de proteínas puede dañar el sistema renal.

3. Comer de noche es lo que te hace engordar

La hora a la que se consume un alimento particular no es lo que determina el aumento de peso, sino las calorías que contiene. Se sabe que no comer bien durante el día nos hace cenar excesivamente e induce a consumir calorías de más. Al superar esa necesidad calórica diaria obtenemos como resultado un aumento del peso corporal. 
La base para las personas que realizan una dieta para bajar de peso, es alimentarse adecuadamente durante el día, y cenar ligero, así no caeremos en la tentación de consumir calorías extras.

4. Comer una sola vez al día es suficiente para bajar de peso

Durante un día sin ingestas estaremos consumiendo nuestras reservas de glucosa y cuando éstas se acaben es probable que el organismo obtenga la energía que necesita por vía de la destrucción muscular. Esto no favorece nuestra salud y mucho menos la pérdida de peso, ya que a menos músculo en nuestro cuerpo, menos calorías gastaremos. Además, cualquier organismo en estado de privación atesora las calorías con más facilidad que si hubiera recibido una cuota confortable. El cuerpo necesita nutrientes esenciales para quemar calorías. Nada mejor y más positivo que planificar de 3 a 4 comidas al día, para mantener a raya el hambre y aumentar el gasto metabólico basal, aquel que se produce durante el reposo y el ayuno.

5. El limón y el pomelo en ayunas disuelven las grasas

No hay ningún tipo de alimento que tenga propiedades especiales y que pueda quemar la grasa de más que hay en el cuerpo. La creencia de que los cítricos disuelven el tejido adiposo es antigua y proviene de su real contenido ácido y de su bajo potencial calórico. No obstante, es absolutamente falsa. Los alimentos milagrosos no existen. La única manera de removerlas efectivamente es obligándolas a quemarse para producir energía y esto sólo ocurre cuando bajamos la ingesta calórica y aumentamos la actividad física.

6. El aceite de oliva es menos calórico que el de maíz

Últimamente las bondades de los aceites de oliva, lino y girasol están muy extendidas. Se debería reemplazar la manteca y el aceite de maíz por éstos que son más naturales y saludables, pero no menos calóricos. 
Una cucharada de postre de cualquier aceite contiene en promedio 90 calorías, lo mismo que la manteca, por eso consumir uno u otro no produce ningún efecto en el peso corporal. El beneficio de estos aceites se debe a que son más sanos, ya que contienen ácidos grasos insaturados, recomendables para la salud cardiovascular. Se sugiere una cucharada sopera de aceite por ensalada y suprimir la manteca y margarina de la alimentación.

7. Tomé alcohol con la cena, pero si bailo toda la noche, quemo esas calorías

La trampa es muy común: pensar que las calorías extras se pueden eliminar por medio de una actividad aeróbica. Sin embargo, para que el organismo olvide un plato de pastas cuatro quesos habría que jugar un partido de tenis de 3 horas. Para que desaparezca un trago con vodka, habría que bailar sin parar durante 120 minutos. Proezas que sólo un tenista profesional o una bailarina con entrenamiento pueden cumplir. Claro que es mejor hacer actividad física para bajar de peso que quedarse sentada ingiriendo más grasas. Pero una dieta no puede regirse con ese sistema de compensaciones, simplemente porque falla. Aunque cueste, lo mejor a la hora de comenzar una dieta es suprimir el alcohol o beberlo con absoluta moderación, de preferencia vino tinto.

8. Puedo comer alimentos light libremente y no engordar

Antes que nada, es importante aclarar que un producto light es aquel que ha sido reducido en al menos un 25% en el contenido de calorías o en algún nutriente (carbohidratos, grasas totales, grasas saturadas, colesterol y sodio). El hecho de que un alimento sea light, no significa necesariamente que sea reducido en calorías. Es un error muy común sobrepasarse en la ingesta de productos light pensando que no engordan y, en esos casos, la persona termina consumiendo más calorías que si hubiera elegido la versión tradicional.

9. Tomo diuréticos para adelgazar

Los diuréticos son productos farmacéuticos que ayudan a eliminar líquido del organismo produciendo un efecto mentiroso en la balanza. Si bien el peso se reduce, lo único que se logra es una deshidratación del organismo que a la larga puede provocar efectos nocivos en la salud. Con respecto a los laxantes, tampoco son adelgazantes. Estos productos, que son de venta libre, deshidratan de la misma manera que los diuréticos y también pueden dañar la salud.

10. No mezclar los hidratos y las carnes en una misma comida 

Es una afirmación que carece de evidencia científica, ya que el aparato digestivo cuenta con enzimas capaces de digerir al mismo tiempo los hidratos, las proteínas y, por otro lado al mezclar estos nutrientes, la comida brinda mayor saciedad,

Son las llamadas dietas “disociadas” que a lo largo de numerosos estudios no se comprobó que comer los hidratos de carbono y las proteínas por separado sea bueno para la digestión o ayude a bajar de peso.

(*) El autor es médico y columnista en temas de salud del programa A diario, de Radio 2.