La realización de un control periódico de salud, conocido como chequeo, no está exenta de visiones encontradas. Por un lado se encuentran quienes la defienden como medida para detectar a tiempo futuras enfermedades, mientras que por el otro lo ven como producto de la obsesión por la salud y una esperanza absurda en revertir el paso del tiempo.

¿Tienen sentido los chequeos anuales cuando el paciente está sano?

El dilema no es solo de interés local. Fuera de nuestras fronteras, el debate se extiende en países como Dinamarca, donde las autoridades sanitarias contemplan la posibilidad de realizar pruebas médicas generalizadas a toda la población. Sin embargo, estudios como el del danés Krogsböll, publicado en las revistas de referencia JAMA y British Medical Journal, afirman que un chequeo generalizado no disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Es un error atribuir al chequeo beneficios sobre la mortalidad.

Si bien es cierto que el beneficio potencial es muy importante, hay que considerar también que el exceso de reconocimientos médicos puede convertirse en una obsesión y generar una población hipocondríaca con el riesgo de medicalizar la vida.

Para los mismos, también es necesario aclarar el concepto de que no existe el chequeo perfecto que pueda asegurar al 100% que no le pase nada a la persona dentro de un año o dos, posteriores a los estudios. Sin embargo, disminuye dentro de sus posibilidades la casuística. Que no es poca cosa.

Igualmente, tenemos también a disposición un arsenal de medidas, que son igual o más importantes desde el punto de vista preventivo. Las vacunaciones o la eliminación de las conductas de riesgo representan ejemplos claros de estas.

Motivos para ‘examinarse’:

La prevención y la detección precoz son las principales herramientas para luchar contra la enfermedad.

Un chequeo es conveniente tanto para personas que presenten algún síntoma como para aquellos sujetos aparentemente sanos. El mismo permite diagnosticar enfermedades en fases muy incipientes, cuando todavía no han tenido manifestaciones clínicas. Este es el caso de los problemas articulares, óseos o de enfermedades degenerativas, entre otros.

Pero aún más importante resulta un chequeo médico como un método eficaz para diagnosticar el cáncer de forma precoz, cuando la probabilidad de tratamiento y curación son significativamente mayores, como es el caso del cáncer de mama, próstata, pulmón o colon.

¿Quiénes deben realizarse un chequeo médico preventivo?

Los chequeos médicos están dirigidos a personas que quieran conocer su real estado de salud. El ritmo de vida, el trabajo, el estrés, la inactividad física; pueden alterar el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

¿Con qué frecuencia es aconsejable realizar un chequeo médico preventivo?

La frecuencia varía en función de la edad, los hábitos, los antecedentes personales y familiares. En general, se recomienda un chequeo médico preventivo anual. En el caso de presentar antecedentes o detectar anomalías, cabe la posibilidad de que se indiquen controles con mayor continuidad.

Estudios indispensables en un chequeo médico básico:

1. Análisis de sangre. Se realiza a través de una toma de sangre, mediante la cual se evalúa el estado general de las células como glóbulos rojos, blancos y plaquetas.

Con este estudio es posible detectar una anemia y algunos tipos de cáncer e infecciones. También se identifican los niveles de glucosa, ácido úrico, colesterol, triglicéridos, sodio, potasio, cloro, entre otros.

2. Medición de la presión arterial. Este estudio permitirá diagnosticar a tiempo cualquier problema de hipertensión, lo que ayudará a prevenir accidentes cerebrovasculares, problemas oculares o enfermedades renales crónicas.

3. Examen ginecológico (consta de 3 estudios que se deberán realizar a mujeres). 

a. Ultrasonido mamario. A partir de los 40 años, consiste en una revisión que detectará cualquier cuerpo extraño localizado en las mamas o axilas, como tumores benignos y malignos. 

b. Papanicolaou. Luego del inicio de las relaciones sexuales, desde los 35 a los 64 años. Esta prueba consiste en tomar una muestra de las células del cuello uterino para detectar si hay células malignas y tratarlas oportunamente. 

c. Colposcopía. Procedimiento médico que consiste en la observación del cuello uterino y la aplicación de soluciones para descubrir lesiones sospechosas relacionadas, sobre todo, con el Virus del Papiloma Humano.

4. Exploración prostática. Este estudio se deberá realizar a hombres mayores de 50 años de edad. Consiste en un examen rectal para explorar la próstata y detectar cualquier abultamiento o endurecimiento que pudieran ser indicio, sumado al análisis de sangre para valorar los niveles del antígeno prostático (PSA).

5. Examen Oftalmológico. Si tiene problemas de visión, debe hacerse un examen de los ojos cada 2 años, y después de los 45 años todas las personas con o sin daño de visión. A los 45 años todos deben hacerse una prueba de tonometría para verificar la presencia de glaucoma.

6. Audiometría. Examinar la audición cada año después de los 65 años o si presenta problemas.

7. Vacunas:

a. Después de los 19 años, se aplica una vez la vacuna contra el tétano, la difteria y la tos ferina acelular (TDPa). Aplicar una vacuna antitetánica y antidiftérica de refuerzo cada 10 años.

b. Se debe recibir una vacuna antigripal todos los años después de los 65 años.

c. Debe de recibir una vacuna para la Neumonía después de los 65 años.

8. Examen para prevenir el cáncer de colón. Colonoscopía cada 10 años después de los 50 años sin factores de riesgo. Si tiene factores de riesgo tales como antecedentes familiares de cáncer de colon debe hacerse una colonoscopía 10 años previos.

9. Examen de Osteoporosis. Todas las mujeres posmenopáusicas con fracturas deben hacerse una prueba de densidad ósea. Las mujeres menores de 65 años que tengan factores de riesgo y hombres mayores de 70 años deben ser examinados.

Beneficios de un chequeo médico:

 Permite conocer si existen factores de riesgo de enfermedades o enfermedades subclínicas (que aún no se han manifestado) para poder tratarlas precozmente o incluso prevenirlas.

 Educa a las personas en cuanto a hábitos saludables de vida, alimentación saludable, actividad física, incentivar el abandono de hábitos nocivos: tabaquismo, abuso de sustancias, abuso de alcohol, etc.

 Hace que los individuos sepan y tomen el control de su propio cuidado. 

 Informa acerca de las inmunizaciones necesarias en la vida adulta.

Eso de "más vale prevenir que curar" aplica a la medicina como a casi ningún otro aspecto de la vida cotidiana. Es que, se sabe, que detectar a tiempo cualquier cuestión que pueda estar afectando nuestra salud siempre es de gran ayuda al momento de plantear un tratamiento efectivo.