Delfín Zacarías, quien fue detenido en el año 2013 en su quinta de Funes con 300 litros de precursores químicos y cocaína, fue condenado a 16 años de prisión. Así lo resolvió el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario. Además, su esposa recibió una pena de 14 años y sus hijos 8 y 7 años de cárcel. En la casa de Zacarías, según el entonces secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni, funcionaba la cocina de cocaína más grande del país.

Zacarías recibió la pena que había pedido la fiscalía en el alegato hecho en el juicio oral y público en los Tribunales federales. Los jueces Germán Sutter, Ricardo Vázquez y Otmar Paulucci los sentenciaron como jefe de la organización dedicada a la venta de estupefacientes.

A Sandra Marín, su pareja, le dieron 14 años por el delito de tenencia de elementos y materias primas para producir y fabricar estupefacientes, producción, fabricación y preparación de estupefacientes, con el agravante de intervención de 3 o más personas.

Por el mismo delito que sus padres, Joel y Flavia Zacarías recibieron 7 y 8 años respectivamente. Para, Ruth Castro, ex esposa de Joel Zacarías, también hubo 7 años de cárcel.

En tanto, los proveedores de precursores químicos, todos de Don Torcuato, para la fabricación de cocaína tuvieron penas de entre 7 y 10 años de prisión. Para Hugo Silva 10 años; para Javier Silva 7; para Alfredo Silva 8.

Por último, el policía federal José Luis Dabat y el ex jefe de la Brigada Operativa Drogas de la Policía santafesina Diego Martín Comini recibieron 6 años de prisión.

Néstor Fabián Fernández, que era el encargado de la remisería Frecuencia Urbana que Zacarías tenía en Granadero Baigorria, fue absuelto ya que el fiscal Federico Reynares Solari lo había solicitado.

Por otra parte, Zacarías fue procesado por el juez Carlos Vera Barros por lavado de activos. Le achacó “administración y disimulación de bienes provenientes de las ganancias recibidas por el tráfico de estupefacientes con el fin de que éstos adquieran apariencia de origen lícito”, según la resolución.

Un informe oficial constató que la familia poseía 24 vehículos –tres de alta gama- registrados y 40 inmuebles.