El despertador, o mejor dicho, el celular, se ha convertido en nuestro compañero inseparable de las siestas y las noches. La alarma es lo primero que escuchamos por las mañanas y, por norma general, el acto reflejo que todos tenemos es darle al botón de ‘posponer’ para seguir durmiendo unos minutos más, pero, ¿hacemos bien?

La respuesta es no. Por mucho que se nos peguen las sábanas, programar el despertador en intervalos de tiempo para aguantar unos minutos más, no es lo recomendable.

Cuando activamos el botón de posponer, el cerebro comienza de nuevo el ciclo del sueño. Esto provoca que a los pocos minutos cuando nos volvamos a despertar, nos encontremos todavía más cansados que la primera vez.

Cortar el sueño de repente no es lo más recomendable, y si se hace varias veces, la situación empeora. Además, el placer de quedarnos en la cama unos minutos más, nos pasa factura durante el día. Cansancio, mal humor somnolencia…

El botón de "posponer" no significa un descanso extra, sino todo lo contrario. Lo ideal sería no levantarnos con la alarma y que sea el propio reloj biológico el que nos despierte, pero como en la mayoría de los casos no es posible, hay que evitar posponer el despertador y levantarnos a la primera para no fragmentar los ciclos del sueño.