Según datos del Museo de Ciencias Naturales “Antonio Scasso” de San Nicolás, el 2024 se posiciona como el año con menos incendios en el Delta del Paraná desde el año anterior a la pandemia.

Basado en los registros satelitales de la NASA, el registro del museo nicoleño dio a conocer que hasta noviembre de este año se detectaron 1.310 focos de calor, una cifra que marca un fuerte descenso respecto a los 10.843 detectados a lo largo de 2023.

Entre julio y noviembre, los niveles bajos del río contrastaron con la primera mitad del año, cuando el caudal llenó el Delta, reduciendo el riesgo de incendios por material combustible seco. A este fenómeno natural, ayudó que hubo avances en la detección y prevención de incendios.

“Este año la creciente del río Paraná fue clave para actuar como un amortiguador natural de los incendios”, explicó Jorge Liotta, colaborador del museo y licenciado en Ciencias Biológicas.

Liotta destacó que a lo largo de 2024 “hubo detenidos y operativos específicos en el Delta”, como el caso del hombre arrestado en septiembre con bidones de nafta tras iniciar un incendio en la isla de Victoria, Entre Ríos.

La notable disminución de focos ígneos también representa un alivio para la salud de la población, ya que un estudio publicado en la revista International Journal of Environmental Health Research mostró cómo el humo de las quemas en el Delta afecta la salud cardiovascular, e impacta directamente en infartos y ACV.

Sin embargo, a pesar del avance, el 2025 presenta incertidumbre. “Es muy difícil prevenir niveles hidrométricos”, subrayó Liotta, quien aseguró de la necesidad de continuar con tareas de prevención.

Mientras tanto, el río Paraná continúa en ascenso. Según el Instituto Nacional del Agua (INA), en diciembre el nivel subió más de dos metros en Rosario, alcanzando los 3,12 metros.