Heather Friesen, originaria del estado de Indiana, Estados Unidos, fue protagonista de un verdadero milagro. En 2016, viajó con amigos por las islas de Hawaii cuando decidió visitar el cráter de Ka'au, en Honolulu. Tenía consigo su cámara Go Pro, en un casco, aparato que registró el momento de la caída. 

Friesen se rompió diez costillas, se fracturó un omóplato y sufrió cortes profundos y un pulmón colapsado, pero sobrevivió y ahora es una jugadora profesional de voleibol en Estados Unidos.

A causa de las rocas mojadas, no pudo evitar caer directo a la cascada hasta un pequeño estanque en donde estuvo varios minutos. Ese lapso entre el resbalón y la llegada de su compañero quedó inmortalizada en la cámara según publicó Infobae.

"Encendí la cámara unos segundos antes de caer", confesó Friesen al medio "In the world of female sports". "Apenas estábamos en la primera cascada de nuestra caminata. Intenté ver sobre el borde y acabé resbalando", explicó. En su camino, Friesen chocó con rocas duras y borde filosos en su camino al fondo. "No es un lugar del que te puedas aventar, porque el estanque tiene tres pies (casi un metro) de fondo, te mataba si caes de la manera equivocada", dijo.

La joven pensó que podría agarrarse de un borde para salvarse de la caída aunque nunca lo logró: "Lo intenté agarrar, lo vi a mi izquierda, pensé que eso me salvaría, que todo está bien. Durante todo ese tiempo que caí, la cantidad de cosas que pensé, fue todo el cliché de que el tiempo se ralentiza".

"Me puse a pensar en lo tristes que se pondrían todos, mi familia estaba tan lejos y ellos estarían tan preocupados. Tiempo después descubrí que otras personas se habían caído del mismo lugar y habían muerto. Yo sé que dios salvó mi vida aquel día. Cuando estaba siendo transportada fue cuando dije: 'Este es el momento más tranquilo de mi vida'", concluyó.