El derrotero legislativo de la Ley Bases y el paquete fiscal, que salieron airosos de la Cámara de Diputados, aún contempla una estación clave que el gobierno deberá sortear para que los poco más de 250 artículos del proyecto se transformen en normativa vigente: el paso por la Cámara de Senadores.

Entre otros tantos temas importantes para el devenir de la vida de miles de argentinos se encuentra el fin de la moratoria previsional: la puerta de acceso a una jubilación para aquellas personas que por diferentes motivos no pudieron completar los 30 años de aportes al cumplir la edad exigida. Y que ahora podría llevar a un beneficio bastante menos calificado.

“Según dice el proyecto, la moratoria se reemplazará por una pensión universal para el adulto mayor (PUAM) y se establece que será el 80% del haber jubilatorio mínimo. Será una pensión que no contemplará los mismos derechos que la jubilación. Por ejemplo, si esa persona tuviera un hijo discapacitado o alguien con derecho a heredar, ya no podrá hacerlo. Además de que es un porcentaje bastante menor que la jubilación mínima y que recién podría hacerse a los 65 años”, se lamentó Rita Colli, secretaria general del Sindicato de amas de casa (Sacra), uno de los sectores sociales que saldrían más perjudicados.

Colli destacó que “si no hubiera moratoria en Argentina, sólo existiría la mitad de la masa jubilatoria actual. Hoy tenemos el 95% de cobertura en adultos mayores gracias a la moratoria, que es un orgullo del que Argentina se puede jactar y este gobierno quiere destruir. Se trata de un modelo de país muy definido el que aspira este gobierno, y en el caso concreto del aspecto previsional, es abominable porque es cortar el hilo por lo más delgado”.

“¿Qué piensan si yo les dijera que lo que el estado se va a ahorrar al quitar la moratoria es menos plata de lo que se les perdona todos los meses a los jueces y magistrados con el impuesto a las ganancias?”, preguntó.

La moratoria no es un regalo

Para la representante santafesina de las amas de casa, “la moratoria de ninguna manera es una regalo: es un acto reparador. Hay un altísimo porcentaje de la población, mujeres, trabajadores del comercio, de casas particulares, rurales, que conforman el universo de trabajo informal, y otras personas cuyas patronales no les han aportado oportunamente: hay una evasión muy alta en el sistema previsional, de casi el 40 por ciento. Y todos ellos van a salir absolutamente perjudicados”.

En relación al sector que defiende, “la moratoria vino a reparar una situación perjudicial que el estado ocasionó al no haber dispuesto un sistema que nos incluyera. Hace 41 años que presentamos un proyecto para crear un sistema jubilatorio en el congreso que contemplara a las amas de casa y aún recuerdo lo que dijo quien por entonces presidía la Cámara de Diputados, el doctor Juan Carlos Pugliese: '¿Jubilarse las amas de casa? ¿Por qué? Si se jubilan los que trabajan'. Qué bueno hubiera sido que el presidente actual de la cámara de diputados se preguntara: “¿Tratar esta ley inconstitucional? Si acá sólo tratamos leyes que respetan la constitución”. Y la hubieran tirado a la basura, como hicieron con nuestro proyecto hace 41 años”.

Rita Colli representa a las mujeres amas de casa en la lucha por la jubilación.


Colli subrayó que “las mujeres somos las más perjudicadas del sistema previsional. Y esto porque tenemos una carga de trabajo no remunerado muy grande en la vida y una entrada y salida del mercado laboral, producidas por los nacimientos, o cuidados por enfermedades, y vemos interrumpida nuestra vida previsional. Esta ley que se quiere imponer no contempla el trabajo de cuidado, no observa que una mujer tenga una doble o hasta triple jornada laboral. No es caprichoso que las mujeres nos jubilemos a los 60 y no a los 65: esto se decidió por la carga que tiene el trabajo no remunerado, que en ciertos aspectos es el que posibilita todos los demás trabajos”.

La dirigente sindical también contó que han recibido reclamos de “mujeres que tenían aportes y no sabían, un caso bastante común en empresas familiares; y otras que venían con los papeles de sus aportes, seguras de que los habían completado, y resulta que el empleador no se los había hecho. Con la moratoria, eso se podía revertir”.

El hilo por lo más delgado

Para Colli, el de Javier Milei “es un gobierno que tiene un diseño de país en el que hay mucha gente que no entra, que no entramos: y no sólo los jubilados. Pensemos en la discapacidad, en los enfermos a los que les retacean los medicamentos. Hay un número de la población que al gobierno le está sobrando en el diseño de esta política”.

El sacrificio inmenso, enorme, de los jubilados es en parte lo que está sosteniendo el margen de superávit fiscal ficticio que tiene el gobierno. Esto se trata de hacia dónde querés derivar la riqueza que se produce en el país: si lo hacés para que fluya en embudo a los sectores más altos o la redistribuís para que pueda permear también a los demás sectores de la sociedad, que no están dedicados a la especulación", razonó.

Y añadió: "Ningún abuelo o adulto mayor está dedicado a la timba financiera o a fugar divisas, sino que lo que reciben, lo usan para subsistir, para disfrutar con sus nietos y de la última parte de su vida. Si acá pagaran los que más tienen, si fuera más justa la grilla de impuestos que tenemos en el país, se podría nivelar todo eso”.

De todos modos, y aunque aún resta el tratamiento en Senadores, Colli manifestó: “Quiero dejar en claro que quienes ya comenzaron el trámite, se van a poder jubilar. Les sugiero a las mujeres que están entre 64 y 65 años que se arrimen urgentemente a Ansés parea empezar esto cuanto antes y ponerse a derecho, porque es importante aprovechar estos últimos momentos antes de que quizás el Senado lo haga ley”.