La especialista en temas de narcotráfico y narcomenudeo, Laura Etcharren, señaló que lo que sucede en Rosario “es una respuesta” a la política de seguridad del gobernador Maximiliano Pullaro y “forma parte de un proceso de degradación social en Argentina que choca con un proceso de crecimiento del narcotráfico”. Y distinguió la criminalidad “organizada” de los grandes narcos y la “marginal” que lleva adelante las bandas en los barrios, aunque tienen una misma lógica: “la extorsión”.

La socióloga, egresada de la Universidad de Buenos Aires y autora del libro Esperando Las Maras, estado embrionario en Argentina, criticó la incorporación de las Fuerzas Armadas a la estrategia para combatir el narcotráfico ya que “genera una nueva mutación” del delito y cree que podría haber cortocircuito entre las Fuerzas.

Así como destacó al gobierno santafesino por el “manejo de los territorios”, “la prudencia y continencia verbal”, “la desfederalización del narcomenudeo, y “la atención puesta en el servicio penitenciario”; también cuestionó la gestión de Seguridad de Nación que “hace shows”, descuida la frontera al movilizar Fuerzas hacia el interior y “relata antes todo lo que va a hacer”. 

En una charla a solas con Rosario3, la investigadora apuntó a la necesidad de trabajar en “inteligencia criminal” y tener en claro cuáles son los enclaves del narcotráfico poniendo como ejemplo el reconocimiento de la “línea de unidad colombiana” que une San Nicolás con Rosario y se extiende hasta Frontera y San Francisco, ahora reconocida a raíz del puesto operativo que abrió el gobernador Axel Kicillof en esa ciudad bonaerense.

Etcharren: "Fue innecesario haberle dado a la delincuencia el rasgo de terrorismo ya que le das un poder mayor a la delincuencia del que tiene". (Foto: Agenfor)

-¿Qué análisis hacés sobre lo que ocurre hoy en Rosario?

-Es una respuesta a una nueva política de seguridad que encara el gobierno de Pullaro. Pero también es una consecuencia de un proceso de degradación social de Argentina que choca con un proceso de crecimiento del narcotráfico. El tejido delictivo creció y se fortaleció en detrimento del tejido social que hoy se encuentra roto.

En el caso de Santa Fe, la criminalidad organizada le dio lugar a una criminalidad marginal que creció a la sombra de la primera. Así se gestaron las llamadas operaciones de "velo y engaño". Esto significa que la cantidad delitos cometidos por la criminalidad marginal se les eran atribuidos a la criminalidad organizada porque la falta de trabajo territorial no permitió ver que entre 2020 y 2023 se armó una marginalidad delictiva que modificó el escenario. Recuerda que el narcotráfico es la actividad no esencial que nunca dejó de operar en pandemia y fue por eso que tanto creció la venta al menudeo como el consumo.

Ambas criminalidades, organizada y marginal, están atravesadas por la misma lógica: la extorsiva. Los primeros tienen un objetivo siempre claro y preciso. Los segundos salen a matar o infundir violencia bajo el consumo de estupefacientes. El derramamiento de sangre es el mismo, lo que cambian son los ejecutores. Todos artífices de un estado de situación grave.

-¿Cómo ves el arribo de efectivos y recursos de las Fuerzas Armadas para ayudar a combatir el narcotráfico?

-No hay un marco legal para que actúen contra el narcotráfico, hay que cambiar la ley de Seguridad interior y ley de Defensa. En los conglomerados donde se dan mayores niveles de violencia como Rosario incorporar las fuerzas armadas es entrar o adelantar una nueva mutación del delito y que tiene que ver con el combate entre las fuerzas. La acumulación de fuerzas de seguridad, con las fuerzas armadas incluidas, puede gestar una disputa orgánica que puede ser el disparador de la próxima mutación del delito.

-Entonces…

-La única fuerza que tiene capacitación y experiencia es Gendarmería. Pero Gendarmería tiene patrones desviados que han ido creciendo a partir del uso y abuso  que se ha hecho de la fuerza. En 2015 cuando Gendarmería llegó a Rosario empezaron a bajar los homicidios. Pero hoy Gendarmería ha sufrido un desprestigio y un desgate. Ninguna fuerza de seguridad te ha garantizado mayor seguridad.

Cuando trasladas una fuerza federal, hay que hacerlo e. un contexto, hay que alojarlos, saber si conocen el territorio. Rosario tiene un enclave o una concentración delictiva en un 17 por ciento del territorio y después está el Servicio Penitenciario. Yo lo llamo "el panóptico de la cárcel": los presos ven desde la cárcel, marcan los hilos delictivos del poder en la calle. Pullaro va contra el Servicio Penitenciario porque es uno de los componentes sustanciales de la matriz subterránea del narcotráfico a nivel provincial y nacional. Hay que avanzar con otros componentes.

-¿Cuáles serían esos otros componentes?

-La Aduana, la Hidrovía, lo que pasa en los puertos, el lavado de activos es la columna vertebral del narcotráfico. Es adonde nadie va y es fundamental.

-¿Sirve la desfederalización del narcomenudeo?

-Es clave. Si la gestión de (Miguel) Lifschitz hubiera tenido el acompañamiento para desfederalizar el narcomenudeo, hoy  la seguridad ciudadana no estaría en jaque como está. El narcomenudeo es lo que está en los barrios, allí no ves a los grandes narcos que determinan las rutas y alianzas. Creer que el narcomenudeo es menos violento que el narcotráfico es porque no entendieron nada.

-Pero parece ser insuficiente...

-El problema es que la Provincia es prudente y tiene continencia verbal en cuanto a los pasos a seguir, mientras que la gestión nacional es imprudente y con incontinencia verbal. Cuando relatas todo lo que vas a hacer; el narcotráfico, el narcomenudeo y la criminalidad marginal ya rearmaron y reconfiguraron todo su mapa y cambiaron su metodología.

-¿Son actos de terrorismo urbano lo que hacen con las amenazas e intimidaciones?

-Fue innecesario haberle dado a la delincuencia el rasgo de terrorismo ya que le das un poder mayor a la delincuencia del que tiene. Que la sociedad viva bajo un estado de naturaleza esperando lo peor no significa que los delincuentes sean terroristas. No hay fundamentalismo, ni algo porque lo que se vayan a inmolar.

La configuración del narcotráfico en Rosario es de abajo hacia arriba donde la droga es un medio y no un fin. La droga es un medio para llegar al lavado de activo, la criminalidad va corrompiendo las distintas capas del poder: el político, el judicial o el policial. No es lo mismo el Frente Progresista de (Antonio) Bonfatti al de Lifschitz. Lifschitz jamás creyó que las bandas sean emergentes de la pobreza y la marginalidad, por algo Pullaro -cuando era su ministro de Seguridad- pidió el control de los puertos y avanzar sobre el narcomenudeo.

-¿Cómo reaccionar frente a las intimidaciones y amenazas?

-Lo que decíamos, el estado de naturaleza de la sociedad a la espera de lo peor, reaccionando pidiendo más Gendarmería o Prefectura. Lo que hay que hacer en términos de retórica es sencillo pero en la práctica es más difícil. Si administras bien los recursos no es necesario tanto traslado de fuerzas de seguridad desprotegiendo la frontera ni crear nuevos organismos, porque todo empieza en  la frontera.

La inseguridad de frontera te habilita la inseguridad interior y ésta habilita la inseguridad ciudadana. Y todo esto permite los shows de la ministra (Patricia) Bullrich entrenando con los perros de la policía y del ministro (Luis) Petri musicalizando el despliegue militar. Eso también lo ve la criminalidad y se da cuenta que enfrente no tiene nada en serio. Mientras la Nación trabaja para las redes sociales, la Provincia trabaja de forma subterránea para tratar de subsanar.

-Hacés una distinción entre el accionar de la gestión nacional y el de la provincial...

-Es que la clave es ver qué pasa en el territorio, hacer un planeamiento estratégico y cómo abordar esos escenarios. La Provincia tiene más claro, alcanzó una etapa de contención, nunca dejó de hacer territorio, Pullaro cuando fue ministro fue un ministro de territorio. A nivel nacional lo que hay son constataciones, No quieren inteligencia criminal, quieren fotos. 

Si la frontera estuviera bien custodiada Clorinda no hubiera quedado por fuera de los controles y la vigilancia. Siguen rifando fuerzas federales hacia el interior... una lancha recorriendo las costas de Rosario cuando el problema del puerto y la Hidrovía empieza en el norte.

-¿No fue un error publicar la foto de los presos en la cárcel a lo Bukele?

-Es un mensaje por elevación a los penitenciarios. Las órdenes impartidas desde la cárcel y los presos con teléfonos celulares no podrían suceder sin la complicidad de sectores desviados del servicio penitenciario.

-¿Cómo salimos de esta coyuntura?

-Hay que trabajar en la investigación criminal para investigar a lo ya instalado y ver cómo lo licuas para que no siga creciendo. En otro extremo, hay que trabajar en la prevención para evitar que sigan entrando más recursos y nuevos mercados. Lo que sucede es que la inteligencia está devaluada y se la utilizó para otros fines, menos para la inteligencia criminal.

-¿Qué explicación tiene el convenio entre las provincias de Buenos Aires y Santa Fe y los recursos que aportó el gobernador Kicillof?

-No sé si es oportunismo o no de Kicillof para ponerse enfrente de Milei. Ahora, sentar una base operativa -como se hizo- es reconocer que San Nicolás es uno de los componentes del problema de Rosario. Porque entre ambas ciudades hay un corredor y una línea de unidad vinculada a la narco-criminalidad.

Parece un chiste que Kicillof envíe fuerzas para ayudar a Rosario cuando no tiene para combatir en su provincia, si Kicillof investiga es porque entiende que San Nicolás es un enclave de una línea de unidad colombiana que termina en Frontera y sigue a San Francisco (Córdoba). Es la matriz territorial del narcotráfico. Y esto tiene que ver con los territorios. No hay territorio libre de narcotráfico. El problema es creer que esto es un problema de un intendente o contra un intendente. El narcotráfico se va a expresar con cuanto tenga enfrente. Si no tratas como enclave a un lugar que lo es, entonces el narcotráfico se va a desarrollar. Hay mayor cantidad de enclaves en la región central, Rosario es la primera vez que se lo aborda como enclave, la otra ciudad como enclave es Clorinda.

-¿Cómo crees que como sociedad estamos respondiendo a esta situación?

-El problema no es cómo la sociedad reacciona, porque lo hace con temor y estupor. El problema es cómo responde la dirigencia política y si realmente el Ministerio de Seguridad quiere hacer un viraje proactivo en la lucha contra el narcotráfico. Todo lo que se dijo en campaña es inversamente proporcional a lo que se está haciendo. La idea de la vicepresidenta  de la Nación es muy diferente a lo de Bullrich y Petri, porque Victoria Villaruel buscaba un viraje proactivo. No hay una guerra contra el narcotráfico, sino una administración del delito. Para dar el cambio, la estrategia debe ser la prevención. Por último, aclarar que inteligencia no es lo mismo que inteligencia criminal. Es decir, trabajar en la investigación criminal como bien dice, en el otro extremo: trabajar la inteligencia criminal para la prevención y en el medio, como polea de transmisión, la inteligencia que le aportará datos a las dos acciones de los extremos. Y si continuar con que el problema es que en Argentina la inteligencia siempre se distorsionó.