Un joven turista arriesgó su vida al tomarse una selfie en la cima de Old Harry Rocks, un acantilado de 36 metros de altura en Dorset, Reino Unido. El hombre se estiró para tomar la foto y luego tuvo que trepar a gatas para regresar a la seguridad del acantilado.

Según testigos, el hombre se encontraba en la cima del acantilado, en una cornisa de apenas 50 centímetros de ancho, con una caída abrupta y mortal a ambos lados. Los testigos presenciaron la escena con horror, temiendo que el hombre se cayera en cualquier momento, según publicó el medio británico Dily Mail.

Un residente local, Steve Hogan, dijo que vio al hombre en la cima del acantilado y pensó que estaba muy cerca del borde. "Entonces empezó a caminar y pensé: '¿Qué está haciendo este idiota?'. No podía creerlo", dijo Hogan.

El hombre logró regresar a la seguridad del acantilado sin incidentes, pero la escena generó preocupación sobre la seguridad de los turistas que visitan el lugar. La Agencia Marítima y de Guardacostas (MCA) lanzó una campaña en línea para concienciar sobre los peligros de tomar selfies cerca de los bordes de los acantilados.

En mayo de 2021, un turista tuvo suerte al resbalarse y caerse de Old Harry Rocks, cayendo a apenas 1,2 metros de agua. El hombre sufrió cortes y contusiones, pero logró sobrevivir gracias a la intervención de un grupo de kayakistas que lo rescataron.