La banda narco desarticulada en Berisso que tenía como fachada un restaurante peruano ocultaba cocaína en penes de cotillón y su líder tenía prisión domiciliaria utilizaba palabras clave para operar.

El grupo hablaba de "abuela", "bebé" y "milanesa" para identificar la cantidad de droga pedida por sus clientes, informaron este viernes fuentes policiales.

Según surge de las escuchas telefónicas de la investigación –a las que tuvo acceso Télam–, "abuela" era el código para los diez gramos de cocaína, "bebé" eran cinco gramos y una "milanesa", era un paquete con diez bochas.

"Te estoy diciendo que me traigas tres abuelas acá a casa, tres abuelas cuando termines", dice un comprador en una de las escuchas, a lo que su interlocutora, responde: "¿Las tres abuelas y los dos bebés?".

"Los dos bebés es para L...", contesta el hombre y le explica: "Se los tienes que dar a él, cuando te subes al remís. Él va a llegar ahí donde estás tú, ¿no entiendes? Unilos a los dos bebés y listo. Y ahí él te va a dejar la plata de tu mamá".

Un jefe policial que participó de la investigación explicó a Télam que "la diferencia de bebés y abuelas radica en el peso de las bochas: las de 'abuelas' eran de diez gramos y los 'bebés' de cinco".

 

En otra de las 400 horas de escuchas que obtuvieron los detectives de la Dirección de Investigaciones contra el Crimen Organizado, la banda, que tenía un restaurante como fachada, también habla de "milanesas", pero en referencia a una entrega más grande de bochas de cocaína.

"¿Me podés completar siete para la milanesa? Yo te debía tres", le dice uno de los compradores, a lo que el narco responde: "Lo que pasa es que están armadas, hacemos una cosa. Vos querés milanesa, te dejo milanesa. ¿Te parece?".

En otro de los audios, una travesti que trabajaba para la organización y se identifica en los llamados como "El Monito", le dice a uno de los proveedores: "Necesito un pollito y una bolsita". Según las fuentes consultadas por Télam, el "pollito" era el código para pedir una tiza de cocaína.

La organización fue desbaratada tras un serie de siete allanamientos realizados en La Plata, Berisso y San Isidro, donde se detuvo a ocho personas: cinco hombres y tres mujeres.

Como particularidad, los investigadores encontraron en los allanamientos unos diez penes de plástico del tipo de cotillón sexual, que era utilizados para el ocultamiento de las tizas de cocaína.

Es que, según explicaron las fuentes, la narcobanda operaba en la denominada zona roja de la ciudad de La Plata, donde la droga era trasladada dentro de esos penes de cotillón por travestis que actuaban como "dealers".

Según las fuentes, esta estructura delictiva recaudaba alrededor de un millón de pesos mensuales y estaba liderada por "Manuel" y "Sheila", un matrimonio de nacionalidad peruana que vivía en una casa con pileta y cancha de fútbol en Berisso, valuada en más de 20 millones de pesos. En esa misma propiedad, "Manuel" cumplía una prisión domiciliaria por otra causa que tenía por venta de drogas.

Pero además, allí tenía como fachada el restaurante "El Rinconcito con Sabor a Perú", que era promocionado en su publicidad por tener "el mejor chipá", descuentos, ambiente climatizado, cancha de fútbol para los clientes y la "mejor movilidad para la distinguida clientela".

En poder los imputados, la Policía incautó más de un kilo de cocaína de máxima pureza, alrededor de medio kilo de marihuana, elementos utilizados para el corte de las sustancias y los diez penes de plástico con tizas de cocaína.

En uno de los allanamientos, los pesquisas hallaron cinco bochas de cocaína y un balanza digital dentro del motor de un auto.

También se decomisó un revolver calibre .32, proyectiles de distintos calibres, joyas, dólares, pesos y cuatro automóviles, entre otros elementos de interés para el expediente.

La causa está a cargo de la fiscal Ana Medina, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) temática de Drogas Ilícitas del Departamento Judicial La Plata.