La tormenta desatada en Central por las declaraciones de Marco Ruben en Arroyo Seco se desaceleró con el comunicado conjunto que emitieron el jugador y los dirigentes a última hora del martes, en el que firmaron una especie de alto el fuego a pocos días del debut en Superliga.

Pero la situación lejos está de haberse solucionado. Si bien desde ambas partes hubo mea culpa (el delantero, por lo "inoportuno e impropio" de su reclamo; la CD por deficiencias comunicacionales en su posible transferencia y la negociación de su contrato), la confianza mutua está rota y el futuro del 9 en el club no es tan claro.

El vínculo actual de Marco expira en seis meses y el martes, en caliente, remarcó que no esta dispuesto a firmar un nuevo contrato "por lo menos en este tiempo". Habrá que ver si la reunión previa al comunicado sirvió para aquietar las aguas y tender un puente para que se sienten nuevamente a hablar. 

Es que Ruben quedó dolido por la falta de consideración de la dirigencia a un favor que el propio 9 dice haber hecho, al aceptar la firma del contrato vigente a una cotización del dólar menor (previa promesa de revisión periódica) que al cabo le hizo perder mucho dinero.

Ese "descuido" dirigencial y la posterior circulación del rumor de que él no quería renovar por capricho lo hicieron estallar y lo llevaron a brindar una conferencia de prensa en la que dejó muy mal parada a toda la comisión.

¿Y ahora?

Tras el encuentro de anoche, se consensuó seguir cada uno en lo suyo con Central como bien supremo. Y es de esperar que Marco sea titular el domingo a las 17.45 ante Banfield, en el debut de la Superliga.

Pero, ¿qué pasará en el futuro inmediato? ¿Firmarán el nuevo vínculo o el 9 jugará hasta fin de año sin renovación y dejando al club a expensas de perder el capital de su pase? En un año político como este, nada se dejará librado al azar. Y seguramente habrá novedades en los próximos días. .