Diego Cocca había puesto la vara alta: sólo seguiría al frente de Rosario Central si esta tarde el Canalla cortaba la racha de nueve encuentros sin triunfos con los tres puntos. Y sus dirigidos lo respaldaron con una goleada. Fue 5 a 2 sobre Godoy Cruz, una victoria que encima lo sacó de la zona de descenso directo.

El auriazul se impuso gracias a los goles de Tomás Cardona en contra (2’), Emanuel Brítez (14’), Ciro Rius (29’), Fabián Rinaudo (31’ del complemento) y Nahuel Molina (42’); para el Tomba descontaron dos veces Nahuel Arena (16’ PT) y Tomás Badalona (15’ ST). El propio Arena se fue expulsado a los 21’ del segundo acto.

El elenco de Arroyito tuvo esta vez la contundencia que no había tenido en cotejos anteriores como ante Racing o Vélez. Y sin lucir, se aprovechó de todos los errores defensivos de un adversario que anda dando pena por el campeonato: perdió siete de sus últimas ocho presentaciones y como visitante, siete caídas al hilo y diez sin ganar.

Ya a los dos minutos, un envío desde el costado de Gil halló la pierna de Cardona, que quiso despejar pero se metió el gol en contra. Ese tanto disipó todos los fantasmas, tranquilizó al equipo (y a los hinchas) y le permitió a los auriazules manejar el trámite sin nervios.

Ni que hablar cuando sobre el cuarto de hora, un córner del Colo no pudo ser rechazado por Morro García y le quedó servido a Brítez para el segundo. Eran demasiadas concesiones de los cuyanos, que ya estaban 0-2. Pero dos minutos más tarde, Brunetta le metió un pase cruzado fantástico a Arena (extrañamente solo porque Gamba lo soltó) y Nahuel batió a Ledesma con un remate cruzado, bajo y potente. Los visitantes se ponían otra vez en carrera.

Era palo y palo. Rosario Central lucía mejor, más consistente que su adversario, pero con las escasas luces de siempre. Hasta que sobre la media hora, Molina desbordó por derecha, envió un centro que Riaño peleó y cuyo rebote le quedó a Rius para mandar un bombazo rasante para el tercero.

Con el 3-1 se fueron al descanso. Godoy Cruz volvió a acercarse en el marcador a los 15' a través de una pelota parada: córner al primer palo, peinada de Morro y Badaloni que la empujó al gol. Otra vez los de Olerá quedaban a un gol de distancia.

Y lícito es pensar qué hubiera pasado si Nahuel Arena, a los 21’, no hubiera recibido la segunda amarilla en el área canalla por una fuerte entrada sobre Gil. El autor del primero del Tomba dejó a su equipo con diez justo cuando empezaba a incomodar a la defensa local. Y a los 30’, Rinaudo lo liquidó con un remate externo. Ya el 4-2, once contra diez, era demasiado para el Bodeguero.

El tanto de Molina, a tres del final (volea tras córner desde la izquierda), sólo sirvió para decorar un resultado muy esperado por todo el pueblo centralista. Que no se fue con los ojos llenos de fútbol, pero sí con el sabor de una victoria que hacía nueve encuentros no se producía. Un bálsamo ante tanta pálida. Y un poco más de crédito para un entrenador que volverá a rendir examen ante River.