Opinión

Rosario Central había comenzado de la mejor manera en esta Superliga con el proyecto encabezado por Diego Cocca que se veía auspicioso. Los dos primeros triunfos frente a Atlético Tucumán y Talleres daban buenas señales del trabajo que había venido a hacer el técnico. Pero después comenzó la seguidilla de empates -nueve consecutivos- que dejaron algunas dudas sobre el camino que transitaba el conductor.

Que si Riaño tenía que estar, si Zabala debía ir por derecha o salir del equipo, en fin: lo que ocurre cuando no se gana. El empate con Racing, último campeón del fútbol argentino, dio una bocanada de aire y mostró la mejor versión del ciclo del conductor donde se vio un compromiso del equipo.

Junto a Boca eran los dos invictos del certamen, y eso marcaba que las cosas no se hacían mal, porque no ganaban, pero no perdían y eso era buen síntoma para ratificar el rumbo porque las cosas se tenían o podían dar en corto plazo.

Pero la derrota con Velez -tal vez injusta- hizo que como el juego de la Oca, se retroceda unos casilleros en forma generalizada. A esa altura fue tremendo error vender a Maxi Lovera en el mejor memento ya que nunca encontraron la manera de reemplazarlo y se sintió en el esquema táctico. 

El invicto ya no era más un argumento sólido y pareció que los muchachos lo sintieron. Quedaba la gran posibilidad de ir a la Plata a medirse con Estudiantes y saber qué pensaban los jugadores de lo que estaba ocurriendo puertas adentro. Y la goleada pincha dejó bien en claro que este plantel ya no le da crédito al DT.

La sensación fue que el mazazo de Edwar Lopez no los dejó reponer, y de allí en más se vio a un equipo derrotado. Un equipo que ya no creía en Cocca, que ya no respondía dentro del campo. El técnico dijo que si no gana frente a Godoy se irá. Y está bien, porque él internamente también debe haber tenido la misma sensación de falta de respuestas.

Lo importante es saber qué piensa la dirigencia. Un partido o un triunfo más o menos no cambia nada. Creés o no en el proyecto y eso es lo que tienen que evaluar los directivos. Si el Canalla no esuviera en descenso directo, este ciclo seguiría; pero como la realidad es distinta, la incertidumbre es la peor consejera. Hay muchas dudas y pocas certezas de parte de Cocca y de la comisión directiva y eso no le hace bien a la institución.