Lionel Messi es querido hasta en Brasil. El astro rosarino, que está disputando la Copa América en ese país, fue invitado oficialmente por el ente que tiene la concesión del estadio Maracaná para que las huellas de sus pies estén en la reconocida "Calzada de la Fama".
Este pase recoge las pisadas de una reducida cantidad de figuras estelares del fútbol local e internacional, en la que no figura ni Diego Maradona.
Es que los brasileños tienen especial admiración por Messi, ya que no solamente valoran su fútbol, sino también la buena relación, "hermandad" según ellos, que se profesa con dos ídolos brasileños como Neymar y Ronaldinho, ex compañeros suyos en Barcelona.
Inclusive el hecho de que Neymar esté a punto de retornar al Barsa para reencontrarse con "Lío" alimenta ese cariño que le profesan los aficionados brasileños al jugador argentino.
Y todo esto se tradujo en las últimas horas en la invitación que le formularon desde el Maracaná para que deje la marca de su pie izquierdo en el molde de bronce que ya fue hollado por Pelé, Ronaldo (Luis Nazario de Lima), Kaká, Zico y el mencionado Ronaldinho.
De aceptar la invitación, Messi sería el primer argentino en dejar grabado un pie en la "Calzada" que está ubicada en el gigantesco hall de entrada que tiene el estadio, privilegio dispensado a un reducido grupo de extranjeros integrado por el alemán Franz Beckenbauer, el portugués Eusebio o el uruguayo Alcides Ghiggia, uno de los verdugos de Brasil en el "Maracanazo" de 1950.
El estadio Maracaná está administrado por Flamengo y Fluminense, clásicos rivales de Río de Janeiro, y para llegar hasta él y celebrar ese acto antes del partido del próximo viernes a las 16 frente a Venezuela, por los cuartos de final de la Copa América, la primera posibilidad que existe es que Messi concurra el jueves, cuando la selección tenga que realizar el reconocimiento del campo de juego.
Pero si ello no ocurre, entonces existe la posibilidad de que la organización le haga llegar a Messi el molde de bronce al hotel Hilton Barra, donde están concentrados los dirigidos por Lionel Scaloni, en Barra de Tijuca, para dejar su huella en una ceremonia más íntima.
