“El doble nueve lo pensamos para estos primeros partidos pero no va a ser el esquema principal, para el próximo partido lo estamos evaluando”, dijo Lunari antes del partido frente a Godoy Cruz, insinuando que habría un cambio de esquema que finalmente no se produjo. Y en realidad, no parecía lo más conveniente. En el ciclo Lunari, Newell’s arrastraba dos triunfos y un empate que debió ser victoria. ¿Para qué cambiar si la cosa viene bien?
No obstante, el triunfo frente a Lanús podría haber perjudicado la perspectiva. Newell’s fue inferior durante gran parte del desarrollo y lo ganó casi de casualidad con un golazo de Miljevic. Ya en ese partido, la falta de juego fue una insinuación preocupante. Por eso el entrenador empezó a pensar en variantes.
Contra Godoy Cruz se acentuó el defecto. Newell’s no entró nunca en la sintonía del partido y encima profundizó los problemas defensivos a la derecha de Macagno, donde quedaron más expuestos que nadie Méndez y Velázquez, pero no son los únicos responsables. En el famoso retroceso está el otro talón de Aquiles de un equipo que no tiene quien maneje la pelota y la pierde demasiado rápido.
Más allá de los resultados, que fueron muy buenos antes de Godoy Cruz, el doble nueve aparece como un elemento decorativo que no recibe juego y por tanto no juega.
Se sabe que no es el esquema preferido del entrenador, que tomó esa opción de arranque porque la creyó la más adecuada para el momento, pero ya parece tiempo de modificar. Y así va a ser.
El doble nueve aparece como un elemento decorativo que no recibe juego y por tanto no juega
También influyen las flojas prestaciones individuales que no ayudan en nada para el juego de conjunto.
Las ausencias hasta aquí en los últimos dos partidos de Fernández Cedrés y Banega son un atenuante para nada descartable: son los jugadores más importantes del equipo.
Todo parece indicar que hoy volverá el uruguayo, pero Ever todavía no está.
Rodrigo dará una mano en la recuperación y el juego y le permitirá a Lunari tomar opciones distintas del medio hacia delante.
Sarmiento, esta tarde, parece una buena opción para monopolizar el control de la pelota y ensayar retoques que permitan una mayor conectividad del medio hacia adelante y también mejorar el aspecto defensivo.
“Reconozco que no estamos jugando como me gustaría, estamos muy lejos de eso, pero tenemos que valorar los puntos que sumamos y los goles que hicimos que no es poco”, razonó Lunari siempre sugiriendo la sensación la falta de conformidad. Eso fue antes de Godoy Cruz, que parece ser un punto de inflexión para esta conducción rojinegra.
“El doble nueve lo pensamos para estos primeros partidos pero no va a ser el esquema principal, para el próximo partido lo estamos evaluando”.
Se demoró un partido, pero al fin y al cabo Ricardo tenía razón. Esta tarde va a cambiar.
El resultado de esta tarde es fundamental para robustecer un ciclo que recién arranca, pero que ya necesita retoques para no deteriorarse o, mejor escrito, no seguir deteriorándose.