Lorenzo Faravelli juega en Independiente del Valle de Ecuador. Y aunque se siente muy cómodo en un club que creció mucho en los últimos tiempos y jugará el Mundial de Clubes el año que viene, sigue soñando con volver a Newell's, la institución de la que es hincha y en la que debutó, según dijo, cuando no estaba preparado.

"La ilusión de Newell's, el sueño de volver siempre está. Pero depende de un montón de otras cosas", dijo el volante en Zapping Sport (Radio 2). "He hablado en algunos recesos con Seba Peratta, con el que fui compañero y tengo una relación afectiva, pero nunca se generó nada concreto. Sí hubo un acercamiento", admitió.

Faravelli explotó en toda su dimensión en Gimnasia de La Plata, pero en la Lepra no pudo cumplir con las expectativas que había generado en inferiores. Lorenzo tiene una explicación: "Considero que me tocó todo muy rápido, era muy chico. Y hoy soy consciente de lo difícil que es llegar ahí. Uno es chico y parece que es fácil, pero la realidad es que es muy complicado llegar y sostenerse".

Faravelli con la camiseta leprosa. Tiene 27 años.


"Este análisis lo hice un millón de veces, de por qué me costó afianzarme en Newell's. Y considero que los juveniles necesitamos tiempo y jugar mal, para después jugar bien. Ese tiempo no existe en Argentina y a mí me ha costado entrar y funcionar rápido. Ahora entiendo por qué", agregó.

El volante cree que "el paso a Chile (Unión Española, en 2013) fue un antes y un después porque ahí me dí cuenta del lugar que tenía en Newell's. Antes de esa salida no estaba preparado para jugar en primera, era muy chico y había un equipo afianzado. Cuando regresé sí sentí que estaba preparado y que con más continuidad podría haber podido rendir".

"Newell's tiene mucha presión. Y a los que somos hinchas y de la ciudad nos cuesta el doble porque le tenemos que rendir al vecino, al verdulero, a la familia, los amigos. Esa presión, si no estás preparado, es difícil sostenerla. Siempre hago ese análisis", remarcó.

Y terminó elogiando a Pedro Troglio, su DT en Gimnasia, donde se vio su mejor versión: "Con Pedro crecí mucho porque me cambió el chip. Me dijo que jugaba bien, pero tenía que agregar tres o cuatro cosas defensivas. Y de tanto insistir, me ha ayudado a crecer como jugador".