Cuando se paró de frente a la pelota, nadie podía suponer lo que Adam Bareiro iba a intentar: con el partido 1-2 para San Lorenzo, picarle la balón al arquero de Rosario Central, Jeremías Ledesma, y convertir el penal que se transformara en empate. 

Pero el guaraní la "canchereó": se perfiló para derecha, la tocó suavemente para intentar engañar al 1 pero lo dio demasiado abajo y Conan acompañó con un salto la trayectoria por encima del horizontal.

Los hinchas (e incluso algunos compañeros) no se lo perdonaron y reprobaron su definición. Bareiro se tapó la caraca con la camiseta y quería esconderse. Ya era tarde: quedó en ridículo para todo el estadio y todo el país.